la cuota invisible

¿QUE ES LA CUOTA INVISIBLE?

La cuota invisible es aquella que gastamos sin darnos cuenta y que podríamos invertir en muchas otras cosas.

Empiezo a explicarlo lo mejor posible, ya que como todos sabemos, cuando una idea está anclada en nuestra mente, a veces omitimos muchos detalles al explicarla al dar por hecho que están implícitos.

Hace tiempo que le doy vueltas a un pensamiento de forma recurrente y a día de hoy, en la situación en la que nos encontramos, puedo afirmar con más ímpetu que si existe.

A muchas personas les pasa que cuando van a realizar una gran inversión que les va a “atar” durante un largo periodo de tiempo económicamente hablando tiran hacia abajo, intentar que ese gasto recurrente de forma mensual durante x años, sea lo más baja posible por lo que pueda pasar.

Es del todo lícito e incluso lógico ¿verdad? Aún tenemos en mente lo ocurrido en 2007 y como eso a hundido a una cantidad indecente de familias que a día de hoy no han podido recuperarse, y no saben siquiera si podrán. No es genérico, no olvidemos que no todos somos iguales, ni debemos ponernos en el negativismo, no, hay personas, familias y empresas que han salido airosas o que les ha costado menos recuperarse. Pero a lo que íbamos, a la cuota invisible.

A mi me gustan mucho los casos prácticos, quizá porque así me parece que es más fácil de entender o de explicar, así que lo haré con el ejemplo más cercano que tengo: el mío.

En junio del 2016 por motivos económicos y de necesidad de espacio, me trasladé a un piso de alquiler en Manresa muy económico, era viejo, algo oscuro y laberíntico, hasta que le encontré el que no muy cómodo, ruidoso y sin ascensor, entre otras lindeces.

Gracias a esa decisión me pude recuperar económicamente, mi unidad familiar ganó en independencia, así que en cierto modo nos facilitó la vida. Sobre el papel así es, pude deshacerme de todas mis deudas (incluso ahorrar un poquito) cambiar de coche, irnos de vacaciones, comidas y cenas en restaurantes, etc. Pero si lo miramos desde otro ángulo, el vivir en aquel piso que sin darnos cuenta día a día empezaba a asfixiarnos, hacía que no quisiéramos estar en él más de lo preciso y un consumismo constante.

Me surgió la oportunidad de mudarme al que hoy en día, y espero que durante muchos años, es nuestro hogar, Dudé, dudé mucho. La cuota era muy superior, la independencia personal de movilidad mas reducida, el gasto inicial considerable y el mantenimiento también.

Al final tomé la decisión de efectuar el cambio.

Ha sido la mejor decisión que he podido tomar en muchos años. Me he quedado sin ahorros, llevo un cartel de taxi en la guantera, da más trabajo, me estoy de muchos caprichos ¿Pero sabéis qué? Que no me pesa, que no los echo de menos, que adoro mi casa, prefiero estar en ella que en cualquier sitio, tengo todo lo que necesito, deseo, quiero y pueda imaginar en este trocito de paraíso.

A donde quiero ir a parar, muy fácil. Estoy gastando lo mismo (excepto la cuota inicial) que antes, pero ahora tengo una calidad de vida que no sabía que no la tenía. La diferencia es que antes la malgastaba y ahora está invirtiéndose.

Nos venden que la felicidad y la calidad de vida se compra yendo a restaurantes, a hoteles, de compras, al cine… ¡NOOO! A ver, que puestos a escoger como decía el gran Freddie Mercury “I want ill all and I want it now”, no nos vamos a engañar.

Pero cuando tienes calidad de vida no necesitas nada de eso. Es un bienestar constante que te permite poder disfrutar de un lunes al mediodía, o de un viernes por la noche. Que hay lunes que en el trabajo te preguntan qué has hecho ese fin de semana y tú con una sonrisa en la cara respondes que te has quedado en casa.

Resumiendo, que me voy por las ramas:

He intentado imaginarme como hubieran sido estos días de confinamiento en mi antiguo hogar y me asfixio solo de pensarlo.

Hoy más que nunca reivindico que si a final de mes vas a gastar lo mismo, inviértelo en un hogar en el que pasarías una y mil cuarentenas (por gusto eh, no por salud como ésta). En una casa con un patio o un jardín, con espacios para todo, donde tener rincones para cada momento, donde poder pasar horas decorando, cuidando o simplemente observando la suerte que tienes de estar ahí. Hoy más que nunca invito a las personas que tienen la misma suerte que yo, a compartirla y a los que lo estáis pasando mal por falta de luz, de espacio, de aire os invito a replantearos cuan distintos serían los días en el lugar que os merecéis.

-Claro (Dicen los escépticos y añaden) Pero si me va mal, pues solo pago la vivienda y me estoy de salir de comer y de todo y puedo seguir adelante; y si me va bien pues durante un tiempo me quito los extras y ahorro.

Si, igual que los cuatro Porsche Carrera que tienen en la puerta todos los que han dejado de fumar, por aquella cuota invisible de la que nunca apreciaban.

¿DONDE INVERTIR?

Invierte en tu hogar y no malgastes con la cuota invisible en cosas materiales, bueno si puedes, quédate con los dos…

En estos días, hay una pequeña Dorothy que repite “Mejor en casa que en ningún sitio”

Espero vuestros comentarios. Ánimo, salud y nos vemos pronto por doquier.

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